Uno de los errores más comunes es dejarse llevar por lo que “crees” que vale la propiedad.
🔹 Si lo pones muy alto, nadie llama.
🔹 Si lo pones muy bajo, pierdes dinero desde el primer día.
Ejemplo real:
Un cliente nos llamó luego de 6 meses sin vender. Su precio estaba $25,000 por encima del mercado. Le hicimos una tasación real y se vendió en menos de 3 semanas.
Recibir llamadas y visitas no significa que tengas compradores reales.
Muchos son solo curiosos, otros no tienen financiamiento ni intención clara de comprar.
¿Qué pasa?
Pierdes tiempo, energía y te desanimas. Y si compartes información o abres tu casa a extraños sin verificar, puedes poner en riesgo tu seguridad.
Muchos dueños intentan vender solos para “ahorrarse la comisión”, incluso cuando la propiedad tiene hipoteca.
Pero no consideran que cada mes que pasa sin vender son pagos adicionales que no se recuperan.
Ejemplo real:
Si pagas $1,200 de hipoteca y tardas 8 a 12 meses más de lo necesario, estás perdiendo entre $9,600 y $14,400.
En casi todos los casos, eso termina siendo más que la comisión del corredor que intentabas evitar.
Los contratos, las cláusulas, los plazos, las tasaciones, los documentos de CRIM, hipotecas, herencias, planos…
Un pequeño error en un contrato puede tumbar una venta o dejarte legalmente expuesto.
Ejemplo real:
Un vendedor aceptó una oferta sin verificar que el comprador podía financiar. Perdió 45 días y tuvo que empezar desde cero.
La diferencia entre vender solo y vender bien está en tener un profesional a tu lado.
Un buen corredor:
✔️ Te ayuda a poner el precio correcto
✔️ Filtra compradores serios
✔️ Se encarga del proceso legal y te guía paso a paso
✔️ Protege tus intereses
Ahorrarte una comisión puede sonar bien, pero si terminas vendiendo por menos, pagando más hipoteca o enfrentando problemas legales... no valió la pena.
¿Vas a vender tu casa? Escríbenos hoy y hablemos. No pierdes nada, y puedes ganar mucho.